Angola busca impulsar el crecimiento en los cielos
En 2002 finalizó la Guerra civil de Angola tras casi 30 años y el país ha crecido a un ritmo alumbrante. Impulsado por un aumento en el precio del petróleo, la economía incrementó de manera estable, con un máximo de 22.6% en 2007. Aunque desde 2008 en adelante los años han sido menos asombrosos, el país ha conseguido mantener un crecimiento medio anual respetable de alrededor de un 5%. Sin embargo, cuando los precios del petróleo cayeron en 2014 a $70 y continuaron a caer hasta $41 el barril en 2015, los responsables de la formulación de políticas se forzaron a replantear el progreso de un país donde la producción de petróleo constituye un 92% de la economía.
El gobierno angoleño ha respondido a este reto haciendo fuertes inversiones en la infraestructura del país, considerando los aeropuertos como una parte clave de la estrategia para fomentar el crecimiento. Tienen la esperanza de que las conexiones aéreas den lugar a mayor colaboración internacional y nuevas oportunidades económicas. En el centro de esta estrategia está el nuevo Aeropuerto Internacional de Angola, el cual está en este momento siendo construido a 40km de la capital Luanda. Con dos pistas de aterrizaje, 31 puertas de embarque y la capacidad de acomodar al Airbus A380, el aeropuerto será una muy necesitada mejora en el ya antiguo Aeropuerto Quatro de Fevereiro que en este momento conecta Luanda con el resto del mundo.
El Aeropuerto Internacional de Angola no es el único nuevo aeropuerto que se está construyendo en el país. En la provincia de Cuando-Cubango en el sureste, el gobierno ha hecho planes para construir cinco nuevos aeropuertos buscando aprovechar la cercanía con Zambia, Botsuana y Namibia para mejorar las relaciones comerciales y animar a turistas a visitar uno de los hábitats de elefantes más celebrados en África. Además, a parte de construir nuevas infraestructuras, las autoridades angoleñas han buscado mejorar la capacidad aérea del país. Otros dos aeropuertos, Catumbela en el oeste y Namibe en el sur han recibido significantes mejoras, incluyendo la instalación de nuevo equipamiento de rayos x, en el primero cintas transportadoras y en el segundo la expansión de una pista para acomodar el avión Boeing 737-700 y aviación militar. Ambos aeropuertos también han sobrellevado importantes reparaciones para mejorar su seguridad, pidiendo que proveamos cables de fibra óptica, control, de iluminación de aeródromos y cables resistentes al fuego para las torres de control y edificios terminales.
Si estas inversiones ayudarán a Angola a mantener su crecimiento con la continua caída del precio del petróleo, solo el tiempo lo dirá. Sin embargo, al mejorar los aeropuertos y la capacidad de procesar pasajeros y mercancías aéreas, Angola estará ofreciendo un muy necesitado estímulo a sus otras industrias, en particular la del turismo. Al construir aeropuertos grandes y modernos y mejorando los existentes, Angola puede empezar a invitar más visitantes extranjeros, exponiendo sus costas escénicas, preciosos bosques y una gran riqueza de hábitats naturales imperturbados y quizás así dar un camino alternativo al crecimiento.