Consejos de MEPCA para evitar cables problemáticos
Un rendimiento fiable es simplemente el objetivo de la mayoría de las instalaciones de fabricación y automatización. No se debe buscar un rendimiento magnífico y sobresaliente, sino sencillamente resistencia y fiabilidad. Se trata de entregar la potencia, la señal o los datos que sean necesarios para mover, controlar o analizar una operación. Pero algo tan directo como esto se basa en una red de cables que satisfagan la demanda y cumplan por completo con los estándares.
Especificar el cable correcto para el trabajo resulta bastante difícil: ¿Cuál debe ser la temperatura nominal? ¿Tiene que estar apantallado para compatibilidad electromagnética (EMC)? ¿Tiene que resistir ciertos desafíos medioambientales? Aun así, todavía llegan al mercado más amplio demasiados cables de mala calidad o que no cumplen con los estándares para todos los tipos de potencia, datos, instrumentación y control, y esto es un riesgo que las operaciones de planta no se pueden permitir. Un fallo técnico del servicio puede conllevar la producción de mercancías de mala calidad, mientras que un fallo más drástico del cable puede producir daños en equipo costoso y esencial y tener como resultado un tiempo improductivo sustancial.
Un cable de mala calidad o que no cumple con los estándares puede presentar una gran variedad de problemas, todos ellos con efectos potencialmente perjudiciales en la viabilidad operativa de una instalación a corto y largo plazo. En los cables eléctricos puede que el grosor medio o mínimo del aislamiento no satisfaga la medición requerida, lo que podría hacer que el cable se caliente en exceso; mientras que en los cables de control flexibles una cobertura reducida de trenza puede no proporcionar la protección necesaria frente a las interferencias electromagnéticas que producen interferencias de la señal desde fuentes de energía cercanas. Y esto se debe tener en cuenta antes de pensar en satisfacer los requisitos de la Directiva RUSP, la Directiva de baja tensión, el marcado CE y el resto de la miríada de normas que se deben cumplir… Hay muchas cosas que tener en cuenta.
El inconveniente a la hora de evaluar un cable es la gran cantidad de características que se ven a simple vista; es afortunado si puede saber que un cable es de mala calidad con solo mirarlo y probablemente significa que se trata de un defecto bastante evidente. Por lo tanto, ¿cómo evitar ser engañado con algo menos que fiable? ¿Cómo obtener la garantía de calidad que necesita?
¿Dónde compra el cable?
¿Ha comprobado que se trate de una fuente legítima? Debe buscar un proveedor de cable de confianza que pueda demostrar la trazabilidad del lote y certificar el cumplimiento de los estándares. Aunque la disponibilidad de stock es vital, también lo es disponer de un punto de contacto de confianza y bien informado que pueda proporcionar orientación técnica especializada y servicios de asistencia y que siga un conjunto de protocolos de control de calidad en los que pueda confiar.
¿Se ha sometido a pruebas independientes?
La elección de un proveedor de confianza también supone depositar esa confianza en su cadena de suministro. Los fabricantes realizan sus propias pruebas antes del envío, pero todos sabemos lo fácil que es pasar cosas por alto cuando se comprueba el trabajo propio. Además, los fabricantes tienen varias instalaciones de producción por todo el mundo y puede haber diferencias entre los sitios, a los que aparentemente habría que dar un voto de confianza en conjunto, aunque cumplan con los estándares de manera fiable. Las pruebas independientes proporcionan esa seguridad añadida. ¿Ofrece su proveedor esta posibilidad? Busque la homologación ISO/IEC 17025, el estándar de máxima calidad de los laboratorios de pruebas, que certifica la imparcialidad y precisión de los resultados que presentan.
¿Ha sido homologado por terceros?
Existen diversas homologaciones de cables ampliamente reconocidas, como BASEC, LPCB y BSI Kitemark. Cabe destacar que nadie homologa todos los tipos de cable y que los protocolos de prueba pueden ser distintos, pero un cable homologado por terceros ofrece una valiosa garantía adicional. Nuestra cartera de productos incluye cables que cuentan con la homologación de BASEC y LPCB y también la marca de calidad Cable Testing Verification de BSI Kitemark, que se logra mediante un programa intensivo y riguroso de pruebas en bobinas y tambores específicos.
En esencia, adquirir e instalar cable de calidad que cumpla con los estándares (y evitar el riesgo de un cable de mala calidad) es bastante directo, simplemente hay que asegurarse de que alguien se encargue de las comprobaciones. Trabajar con un proveedor de cable que realiza una comprobación intensiva de la garantía de calidad, ofrece pruebas independientes y proporciona asistencia de técnicos expertos y de proyecto no es solo conveniente por la diligencia debida, sino también, y más importante, porque es el servicio necesario para asegurarse de entregar una instalación que funciona exactamente como se requiere.
Revista MEPCA enero de 2020