Pasado, presente y futuro del reciclaje en la industria del cable

El reciclaje de cables y la economía circular

Se prevé que el mercado mundial de cables de alimentación alcance los 277,8 billones de dólares en 2031, y los proyectos de descarbonización, digitalización, automatización y energía ecológica impulsarán gran parte del crecimiento. Estos cables —que conectan equipos y redes energéticas— dependen de materias primas para su fabricación, desde el cobre y la bauxita para los conductores hasta los polímeros para el aislamiento y el revestimiento.

Los precios del cobre han fluctuado de forma notable en los últimos meses, y a menudo se señala que la escasez de materiales puede repercutir en la futura producción y disponibilidad de cables. Se podría pensar que la solución es utilizar materiales reciclados en la fabricación de cables, pero no es tan sencillo.

El reciclaje forma parte del sector del cable, pero se centra principalmente en la manipulación de materiales al final de su vida útil y no en su incorporación a los procesos de fabricación anteriores. Los volúmenes citados incluyen los residuos electrónicos procedentes de aparatos electrónicos y eléctricos contemplados en la normativa RAEE (a menudo aparatos electrónicos de consumo doméstico). En la actualidad, la atención se centra en el uso posterior de los materiales, no necesariamente en su reintroducción en la cadena de suministro de la fabricación de cables.

Retos actuales del reciclaje de cables

Metales

Hasta la fecha, la fabricación de cables con materiales reciclados ha sido limitada. En la fabricación de cables, a menudo se hace referencia a «materiales reciclados». En algunos casos se trata de reciclaje de «chatarra de artículos de consumo desechados» (cables que han estado instalados y soportando cargas durante más de una década), pero también puede tratarse de recortes de material de un proceso anterior que se han vuelto a introducir en el proceso. Los fabricantes de alambre y varillas hablan de un 15 % de material reciclado en sus varillas de cobre, pero no siempre queda clara la diferenciación entre la chatarra de artículos de consumo desechados y los recortes más puros.

Las normas sobre cables obligan a utilizar materiales nuevos en la fabricación de cables, tanto en los metales conductores como en los polímeros de aislamiento y revestimiento. Al final de su vida útil, los conductores de cobre y aluminio pueden, sin duda, reciclarse, procesarse y convertirse en productos nuevos, pero ¿qué porcentaje vuelve realmente a la cadena de suministro de cables frente a lo que se utiliza en otras industrias y aplicaciones, como las tuberías de fontanería?

La razón es el nivel de conductividad que deben alcanzar los conductores de los cables: se trata de niveles equivalentes a los de un metal «puro», libre de impurezas. El proceso para conseguirlo requiere más energía y mano de obra que la reutilización de los metales para otras industrias. Aunque se puede conseguir, en la práctica supone un aumento de costes, duración y tiempo de procesamiento.

Sin embargo, las expectativas son claras: se necesita más cobre reciclado para seguir el ritmo de la demanda mundial de cables eléctricos y apoyar la electrificación y la transición hacia la energía ecológica. No podemos seguir el ritmo de la demanda, así de sencillo.

Plásticos

Los materiales plásticos pueden ser aún más difíciles de reciclar. Si bien hay materiales como el PVC que son termoplásticos y pueden fundirse y remodelarse, los materiales termoestables como el polietileno reticulado (el material aislante elegido en muchos casos) se alteran químicamente y, una vez se enfrían, no pueden volver a utilizarse. En todos los casos, ya se trate de polímeros termoestables o termoplásticos, dejarán de ser materiales puros, ya que habrán ido recogiendo impurezas por el camino (ya sea en las instalaciones, durante su extracción, como resultado del transporte o durante su manipulación en cualquier instalación de reciclaje). Mientras que el PVC y otros materiales termoplásticos pueden procesarse y utilizarse para otras aplicaciones, el XLPE reduce su utilidad cuando se reutiliza y, por lo general, se trocea para utilizarlo en artículos limitados, como alfombrillas para parques infantiles.

Resulta difícil calcular el impacto medioambiental de este fenómeno a nivel mundial, pero la Universidad Estatal de Arizona reveló recientemente que una empresa local de servicios públicos desechaba anualmente unas 540 toneladas de XLPE, la mayor parte de las cuales acababan en vertederos. Si se extrapola esta cifra a las empresas de servicios públicos de todo el mundo, se obtiene una cantidad inconmensurable de residuos plásticos.

Reciclaje de materiales de cables: oportunidades de futuro y tecnologías emergentes

Las tecnologías están evolucionando para hacer frente a estos problemas. El fabricante austriaco de plásticos Borealis presentó recientemente Borcycle™ C, un método de reciclado químico diseñado para abordar las complejidades que presenta los polietilenos reticulados como el XLPE. El proceso implica el uso de la pirólisis, un tratamiento químico que utiliza altas temperaturas para romper las cadenas de polímeros en moléculas más pequeñas. El resultado de este proceso es un líquido llamado aceite de pirólisis, que puede separarse en hidrocarburos y polimerizarse para crear polietileno (PE) de alta calidad, un compuesto plástico con propiedades similares al material sin utilizar.

Este innovador proceso constituye un cambio importante en nuestra capacidad para reciclar materiales de cables y ofrece una solución circular que podría permitirnos ahorrar toneladas de residuos plásticos de los vertederos. Y lo que es más, tiene posibilidades de beneficiar al sector de la fabricación de cables, no solo a la industria en general. Conforme las iniciativas de sostenibilidad sigan recibiendo inversiones, es esperable que este método empiece a introducirse en las cadenas de suministro a mayor escala.

Además, se están incorporando cambios en las normas sobre cables. Aunque este proceso lleva tiempo, se prevé que, en un futuro, los materiales termoestables se sustituyan por materiales termoplásticos que ofrezcan características térmicas y dieléctricas idénticas. Se ha introducido el elastómero termoplástico de polipropileno (PP-TPE) como material aislante para cables de media tensión, un material que es más eficiente de procesar y totalmente reciclable.

El reciclaje de cables en acción

Es inevitable que el cobre y los plásticos reciclados acaben convirtiéndose en una parte importante de la cadena de suministro para la fabricación de cables: las normas se actualizarán, las tecnologías evolucionarán y la demanda se encargará de convertirlo en una necesidad. Mientras tanto, el reciclaje se encarga sobre todo de gestionar los residuos de cables y los cables antiguos para que los materiales puedan volver a formar parte de la economía circular.

Nuestra propia planta de reciclaje de cables muestra cómo se realiza el reciclaje: pelar, granular y separar las capas de componentes para que puedan enviarse a fundiciones y plantas de procesamiento para su siguiente uso. Nuestro equipo permite recuperar cerca del 99 % de los materiales. Los materiales de embalaje (plástico, cartón o bidones de madera) también se reutilizan o reciclan, con compactadoras y trituradoras in situ que aportan su propia eficiencia. Añadiendo el compromiso adicional de que ningún residuo vaya a parar al vertedero (en su lugar, se fabrican pellets de biocombustible industrial), esto se convierte en parte fundamental de nuestro compromiso más amplio con la sostenibilidad.

Durante el año 2023, procesamos 1096 toneladas de material de cable (en nuestro informe anual de sostenibilidad se puede consultar más información al respecto). Es solamente una pequeña aportación en términos de generación mundial de residuos de cables, pero ayuda a nuestros clientes a gestionar mejor sus residuos de cables de las instalaciones y apoya nuestras propias operaciones de gran eficiencia.

El uso de la robótica y de la IA en la limpieza y clasificación de materiales podría reducir los costes de mano de obra y aumentar la eficiencia, lo que la convertiría en una opción más accesible. Si bien estos métodos se encuentran en una fase inicial, los primeros resultados son prometedores. La empresa finlandesa ZenRobotics ya cuenta con el primer sistema automatizado de clasificación de materiales basado en IA que, de implantarse a mayor escala, podría resultar transformador.

Dado que los cables tienen un papel fundamental en la infraestructura esencial de gran parte de nuestra vida cotidiana, el reciclaje de cables y la forma de reutilizar esos materiales es una cuestión a la que habrá que prestar atención en los próximos años. Se avecinan cambios y estaremos muy pendientes.