La energía eólica en Irlanda sustituye a la turba
Durante por lo menos 1000 años, Irlanda ha confiado en su abundancia de turba para todo: desde aromatizar su whisky hasta calentar sus hogares. La turba crea hasta el 6% del total de energía de Irlanda. Es barata, abundante y fácil de cosechar y, aunque tiene mucho a su favor, el país está considerando la energía eólica como sustitutivo en el futuro.
La turba tiene muchas características parecidas a la energía renovable de biomasa en el sentido que puede ser quemada para crear electricidad. Es también un increíble pozo de carbono en el sentido que absorbe más CO2 de la atmósfera de lo que desprende de la misma forma que lo hace un bosque o el océano. Pero la turba está muy lejos de ser una fuente de energía limpia. Al quemar es un combustible sucio y produce emisiones de carbono. Esto sucede porque, además del carbono creado al quemar, el CO2 almacenado también se desprende, haciéndolo un 23% más pesado en cuanto a cantidad de dióxido de carbono que el carbón.
Esta es una de las razones por las que Irlanda se está girando de cara al viento para usar una fuente de energía más limpia. La dependencia de la energía eólica en Irlanda ha aumentado significativamente en la última década. Galway Wind Park, el mayor parque eólico en Irlanda, está programado para ser completado en otoño de 2017. Cuando se ejecute a su máxima capacidad, suministrara alrededor del 3% de las necesidades de combustible de Irlanda.
En general, la energía eólica suministra aproximadamente una cuarta parte de la electricidad de Irlanda, y se prevén más proyectos para aumentar este número en los próximos años. Pero el problema con el que Irlanda se enfrenta con la energía eólica es el mismo con el que muchos países se están encontrando: la inconsistencia. La energía eólica experimenta altibajos (algunos días son naturalmente más ventosos que otros) y la duda es qué sucede cuando hay demasiado o no hay suficiente viento.
Las alternativas de combustibles fósiles más consistentes son todavía necesarias para llenar las lagunas, y el almacenamiento de la energía es una opción para almacenar el exceso de electricidad que se utilizará en los períodos de baja producción. Sin embargo, para el exceso de energía hay otra opción disponible - la exportación. Dinamarca ya está dando ejemplo con la exportación de viento; tienen la mayor proporción de energía eólica en el mundo y exportan regularmente la producción excedente a sus vecinos en Noruega, Suecia y Alemania a través de conexiones por cable. Conexiones de cable similares existen entre Irlanda e Inglaterra, y hay otra posible conexión a Europa continental propuesta por la compañía irlandesa Eirgrid.
Estos cables no sólo son cruciales para conectar la fuente de energía renovable y la red primaria, sino también para crear dichas oportunidades de importación y exportación. Nuestros cables para energías renovables desempeñan un papel clave en el Reino Unido para la generación de energía en una serie de parques eólicos de alto nivel en tierra y en alta mar, incluyendo Gwynt y Mor.
A medida que nos alejemos de las fuentes tradicionales de combustible y los parques eólicos se vuelven claves para el suministro de energía en países como Irlanda, el cable y las conexiones serán más necesarios y críticos para una electricidad confiable y consistente para todos.